Medio madrid

Una de las cosas que más me impresionó cuando vine a vivir a Madrid (y que todavía lo hace, aunque lleve aquí cuatro años y medio) es que hay dos ciudades: la de superficie y la de bajo tierra. Me parecía increíble la actividad en el transbordo de Diego de León a las ocho de la mañana, con toda esa gente activada desde horas antes, andando como una marcha militar, con caras serias y vestimentas serias, yendo hacia su punto de trabajo.

Yo venía de provincias, aunque por aquel entonces ya me había dado una buena vuelta por Europa y otro tanto por España, así que sabía lo que era la actividad en metro a hora punta, pero aún así me parecía estar dentro de 1984, uno más de la manada domesticada, y tan contento. “Por fin”, me decía.

Hoy a Madrid le han quitado la mitad. Han exhumado 2 millones de autómatas y les han dejado correteando por la superficie, alternando caminatas a pie, taxis que nunca llegan y mirando angustiosamente paradas de autobús que jamás habían utilizado. He reconocido más de una vez la mirada de “dios mío! Estoy perdid@! que tenía yo en mi primer día de trabajo, cuando buscaba un bus de mi empresa cuya dirección habían cambiado ese mismo lunes. Y, al igual que hizo conmigo un maravilloso desconocido en aquel momento, he orientado a un par de mujercitas y también he dado un par de planos de autobuses que tenía por casa. La gente tan contenta y yo también.

Por mi parte, he descubierto que tengo dos autobuses casi de puerta a puerta que utilizaré alguna que otra vez simplemente por cambiar de rutina. He conocido Ciudad Universitaria por dentro y también Francos Rodríguez y Antonio Machado, que sólo los conocía por debajo. He leído parte de un libro que no me puede venir mejor en este momento, he escuchado Amaral y he hablado con las dos estudiantes que tenía enfrente. Y he llegado una hora y media tarde a trabajar y me pagarán lo mismo.

A Madrid hoy le han quitado la mitad, pero también le han quitado mis prisas y mis agobios. Luce el Sol, sin tormentas (meteorológicas) a la vista. Una huelga de éstas de vez en cuando no viene del todo mal.
top